En los avisos dominicales se nos indica que hay diferentes maneras de realizar nuestra aportación económica, cualquiera de ellas es válida, también las monedillas que depositamos en el cestillo de la colecta, conviene que caigamos en la cuenta que a un niño, o a nuestro nieto no se nos ocurre darle de propina 50 ctm, pero con mucho descaro no tenemos problema en depositar monedas de 1, 2, 5 y 10 ctm. No obstante, hemos de tener claro lo siguiente:
El sostenimiento de nuestra unidad pastoral corresponde a los cristianos, y dentro del grupo de los cristianos, este sostenimiento corresponde a los que venimos a la parroquia a celebrar nuestra fe y nos gusta que la calefacción esté puesta, que las luces no estén apagadas, que los botes de gel no se hayan agotado, que el templo esté limpio y bien adornado, con flores naturales, que los manteles y vestiduras litúrgicas luzcan limpios y cuidados… todos esos detalles no son gratuitos; y permítanme que les traduzca todo esto a números, que es como mejor nos entendemos.
Abrir un día cualquiera la iglesia para celebrar una eucaristía en la que contemplemos todos estos aspectos, supone un gasto de 80,00 €; multipliquen ustedes por los días que tiene el mes y descubrirán el gasto que supone mantener normalmente la iglesia. En el mes de diciembre, gas ciudad nos ha pasado la siguiente factura: en Dulce Nombre 510 €, en María Milagrosa 750 €. Sigan sumando…

En las colectas y lampadarios de una y otra parroquia suelen salir más o menos 500 € en una y 700 € mensuales en la otra, hagan ustedes cuentas.
Este verano hemos cambiado las luces de las dos parroquias para poner lámparas Led, se han pintado y lavado la cara a los salones de catequesis, en La Milagrosa hemos puesto nueva megafonía, pues la anterior era muy deficiente, todo esto con las colectas no se puede hacer, por lo tanto, si las cuotas no apoyan económicamente a cada una de las parroquias, es posible que la economía nos asfixie antes que la pirámide poblacional.
Disculpen que haya concretado tanto, pero creo que es la mejor forma de entender de qué hablamos cuando les pedimos colaboración económica.

Un saludo fraterno.

P. David – Párroco


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