Nos disponemos a iniciar el itinerario cuaresmal, un camino que quiere ayudarnos a preparar nuestro corazón para la celebración de la Pascua. Y es que la Pascua es el acontecimiento que vertebra no solo el año litúrgico, sino toda nuestra vida.
En la programación pastoral diocesana a principio de curso, se nos mostraba el marco de referencia, subrayando la presencia pública, misionera y caritativa, así como la familiarización de la pastoral. Retomando todas estas ideas, en la cuaresma de este año queremos subrayar precisamente la necesidad de hacer una lectura creyente de la realidad, implicarnos más, si cabe, en la acción caritativa de la Iglesia y animar a que la transmisión de la fe en familia, sea una realidad que va tomando forma en cada una de nuestras familias. Pues bien, el calendario de la Unidad Pastoral nos anima a conseguir precisamente estos retos como preparación espiritual para la celebración pascual. Jesús camina con nosotros, acompañémosle, un año más en la subida a Jerusalén. Allí sucederán todos los acontecimientos previos: entrada triunfal, institución de la Eucaristía, lavatorio, pasión, muerte y resurrección. Esta es nuestra Pascua, el paso de Jesús de la muerte a la vida ha cambiado nuestro destino. La muerte ya no es nuestro final, con Jesús hemos heredado la Vida, somos testigos de la vida, vida en Dios, vida en plenitud.
P. David Fernández, CM Párroco
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