Desde la Unidad Pastoral hoy os enviamos dos mensajes: el comentario a las lecturas de hoy y un nuevo video. ¡Feliz domingo!

 Es hora de desterrar la imagen “tierna” de un Jesús pastor que nos lleva a nosotros, sus ovejas, en brazos. Una oveja limpia, con un pastor “amable” que camina por terrenos llanos. En la vida real la oveja está sucia, herida por los avatares de la vida y el pastor sacrifica su vida por ellas:

1) Fuera o dentro del aprisco. La vida o la muerte. El aprisco es el lugar donde se guardan las ovejas, refugio, alimento y protección frente a los peligros externos. No podemos vivir un cristianismo centrado en el calor que dan las cuatro paredes del templo y desentendido del mundo. ¿Cómo es tu aprisco: es lugar de descanso o se ha convertido en una prisión?

2) Yo soy la puerta de las ovejas (Jn 10,1-10). Reconoce al pastor que llega a tu vida. Viene a nosotros sin atajos, no salta la valla, le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz. Todo está en armonía. En la lectura de Hch 2,14a.36-41 Pedro nos dice cómo proceder para cruzar la puerta: “Convertíos y sed bautizados”. La puerta, el encuentro con Cristo, es lugar de conversión, cambia la persona y su manera de relacionarse con el mundo.

3) Sed pastores. Estamos llamados a continuar la obra de Jesús y en nuestro día a día acompañamos muchas personas que se dejan guiar por nosotros. ¿Somos iconos del buen pastor?. Para seguir las huellas del único pastor has de dar testimonio, reconocer la gracia de Dios cuando a pesar del sufrimiento haces el bien, vivir con humildad, trabajar por la justicia (Pe 2,20-25) y ser muy consciente que el culmen del amor por el rebaño es dar la vida en la cruz.

Ahora que empezamos a salir a la calle para pasear, recordemos este texto bíblico de Emaús y tengamos presente a aquellas personas que van a nuestro lado.


0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *