Al tocar la luz del día mis ojos, Señor,
mi corazón se levanta hacia ti en busca de tu mirada.
Escucha las palabras de quien siente la vida de nuevo,
y estate atento, Señor; sé cercano a mi mano abierta.
Da respuesta a mi pregunta; ayúdame en mi inquietud,
tú que eres en quien yo confío.


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