El pasado domingo 12 de septiembre, Don Luis Argüello, obispo auxiliar de la Archidiócesis de Valladolid, me dio posesión como párroco de la Unidad Pastoral Dulce Nombre – María Milagrosa. Este es el motivo por el que me dirijo a todos los lectores del Boletín Parroquial para ofreceros mi primer saludo.
Varios sentimientos se entrecruzan en este momento en mí: el primero es de acción de gracias a Dios por haberme llamado al servicio sacerdotal, el segundo es de agradecimiento a todos los Padres Paúles que me han precedido en la labor pastoral de la Unidad Pastoral, y el tercero y, no por eso menos importante, es la satisfacción de formar parte de la Unidad Pastoral que es conocida en la diócesis por su labor social en favor de los más necesitados.
Como animador – responsable de la Unidad Pastoral me gustaría que todos los que formamos parte de las dos parroquias nos sintiésemos miembros vivos, la parroquia no la puede construir solamente el equipo de sacerdotes, son necesarias todas las personas, pues cada una de ellas aporta lo que es, lo que siente, lo que vive… los dones que a cada uno de nosotros el Señor nos ha dado, y así entre todos la comunidad crece, camina, se hace responsable en las diferentes dimensiones que constituyen la parroquia.
En este mes de Septiembre celebraremos el día 27 la fiesta de San Vicente de Paúl, nuestro fundador y de quien hemos recibido el carisma de la caridad. Permitidme que subraye esta labor en este primer saludo, pues lo considero de particular importancia.
Mi saludo cordial para cada uno de vosotros y mi oración por cada una de vuestras necesidades.
Unidos en el Señor.
David Fernández Núñez CM – Párroco
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